Paseando por tus calles.
Me abrazan los recuerdos,
estoy en un autodestierro,
escapando de aquel pasado.
Al centro la plaza y su fuente, esplendorosa.
¡Allí celebramos, tantas cosas!
Aún está el naranjo, cómplice de travesuras.
Mi ciudad es como un pueblo.
Puedes contar su historia,
y describir a sus gentes.
Honestas, guerreras, trabajadoras.
Hay hogares, amor, de familia,
de niñez, adolescencia florida.
Eres intensa, adornada por secretos,
aromas, sabiduría, y sueños truncados.
Evoco tiempos pasados, instantes,
y esos besos a escondidas.
Eres yo, yo soy tú.
¡Gracias por ser mi ciudad querida!
Precioso regreso a casa, a la infancia.
ResponEliminaUn abrazo
Lindo poema
ResponEliminaBoa semana
Gracias por tu opinion y por vicitar mi blog.Saludos.
EliminaSospecho que por eso huí de mi ciudad, demasiados recuerdos, muchos fantasmas...
ResponEliminaLos recuerdos si son malos son contraproducentes.Saludos
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