Ya no resisten los brazos.
Dejando atrás muchas ilusiones,
que han quedado en el camino.
Esperanzas que han quedado eliminadas.
Proyectos que se ha llevado el viento.
Sueños no conquistados,
sentimientos guardados y otros olvidados.
Caminos no recorridos, quedando en el pasado,
por el miedo al fracaso.
El caminar es lento,
se van doblando las piernas,
ya casi no se despegan los pies del suelo.
El corazón como el segundero,
y las fuerzas como el minutero,
que al marcar la hora los pies arrastra.
Donde ya no queda nada para estimular.
Es donde la cuerda del reloj de la vida se acaba.
Siempre queda algo que nos estimule no lo dudes , está en cada persona y de ella depende que funcione.Besicos
ResponEliminaUna bonita poesía en que nos narras un final.
ResponEliminaSaludos.
El cansancio y hartazgo ante tantas cosas, hace que veamos las cosas con cierto derrotismo.
ResponEliminaLos proyectos podrán llevarse a cabo, ya verás...
Besos 🌸
Un balance de la vida poético. Saludos. Carlos
ResponElimina