ESCRIBIR

Escribir en un único pálpito,

en un aullido desde una melancolía,

inmensa, ilimitada.

 

Escribir levantando adoquines, rastreando coordenadas,

creando puntos cardinales.

Dinamitando las variables, hurgando en el duelo.

 

Escribir desde el frío de las autopistas,

desde los abrazos.

Desde la adolescencia, la soledad,

aislamiento o nostalgia.

Vivir también desde el frío que arrasa

las memorias, las lenguas, los recuerdos.

 

Escribir, rastrear las líneas.

Acudir a lo no dicho, a la excitación dormida.

Instituir un arrecife de versos en honor

de aquella que no pudo ser dicha.

En honor de la que fue, de la mujer maltratada,

la madre, amante, creadora.

 

Así escribir de lo ya dicho,

de la herida ya curada.

Del equilibrio del cuerpo conocido.

De la conciencia, sabiduría, delicadeza.

Y así soportar apenas la búsqueda incesante.