Me asesinas cada hora las sobras de la nostalgia
pernoctan abismales entre las sombras de tantos adioses
,
y entonces jalas del gatillo de la melancolía ,
y sueltas irremediable el olor a pólvora de tanto
recuerdo acumulado .
Me asesinas cada tanto después de cada encuentro,
como si fuese una cadena de flores exultantes ,
abriéndose paso entre los jardines
de piedra del amor olvidadizo , y sin embargo .
vuelves , vuelves con la marca de los dolores
acumulados ,
entre tanto encierro de gastos y miserias ,
y aún así , con la piel marcada de seguridades ,
abrazas mis crepúsculos cada vez que la luna
se suelta perpendicular a las miradas de las noches sin
retorno !
El olvido no es olvido. Habrá un pedazo de melancolía que ate nuevamente. Un abrazo. carlos
ResponEliminaGracias por tu aportación Carlos
ResponEliminaGracias por pasar por mi blog es de agradecer siempre las visitas y dejar siempre una opinión aunque sea negativa