NAVIDAD SIN ILUSIÓN
Navidad, que matas, la ilusión de un niño
haciéndolo sentirse solo y despreciado
vagando por la vida, sin nadie y sin
cariño
por Papá Noel y por los Reyes olvidado.
Navidad, lágrimas, pesadumbre,
desconsuelo,
desesperanza, reflexiones y plegarias al
cielo paredes
de recuerdos llenas, fotos en la mesita,
incertidumbre en personas, que esperan
visita.
Navidad, carente de dulces frases
humanas,
germen de infelicidad y congoja, atroz
realidad,
para muchas personas, longevas o ancianas
Que incrédulas viven, su injusta y real
soledad.
No me trago el espíritu navideño,
vomito si me endosan un villancico,
el niño grande es viejo, bobo y pequeño
y el ángel de la guarda se mete un pico.
La nieve es de garrafa y la nochebuena
mala para las putas y los camellos.
La estrella de Belén… menuda faena
para los palestinos con alzacuellos.
Los mejores deseos y el alma negra,
la ternura peor que el mejor pecado,
qué espanto el arbolito y el matasuegras,
la zambomba, el turrón, la nuera, el
cuñado.
Y el Gordo que tampoco toca este año
y el niño que te mete un dedo en el ojo.
Para acabar el año comer las uvas del
desengaño .
SENTIMIENTOS
Me gustaría volver a sentir
aunque fuera durante unos segundos,
la magia de la Navidad.
La ilusión del primer Belén.
Decorar el árbol con bolas y adornos.
Cantar mil y un villancicos.
El asombro ante las luces de la calle.
La alegría de ver a la familia reunida
alrededor de la mesa.
Escribir la carta a los Reyes Magos.
Todo esto, como todo el mundo,
lo sentí una vez hace mucho tiempo.
Pero la vida se encarga de hacerte
olvidar todas estas cosas.
La esperanza que tengo, es que estas
ilusiones
que vamos perdiendo se transmiten a
nuestros hijos y nietos.
Y en sus rostros veo reflejados los
mismos deseos,
las mismas alegrías que yo tenía a su
edad.
Gracias a esto, la Navidad perdurara
y nos seguirá deleitando con esos
momentos de alegría
y regocijo que tanto nos agradan.