Todas las hojas caerán,
una a una inevitablemente,
sobre el suelo que las espera
para abonarse y reavivarse.
Millones de pámpanos ocres,
danzando languidecen lentos,
uno tras otro sin esperar,
sin pedir tanda ni turno.
Unas más tarde otro más temprano,
mes, ninguna quedará en el álamo blanco
y su altivez decidirá tímida
al percibir su ramaje desnudo.
Y los pájaros emigrarán lejos
esperando días de bonanza,
dejando nidos entre las ramas,
para cuando vuelvan, reencontrarlos.
Y volverá a vestirse de hojas
la enorme chopo bien arraigado,
pero las hojas que hoy caen,
ya nunca más volverán.
NO volverán, como la vida misma que hace polvo en las oquedades de la tierra. Un abrazo. Carlos
ResponEliminaGracias Carlos por pasar por mi blog
ResponEliminaNo, no tornaran mai mes després que ens han regalat els seus colors, sen un festival plé de llum. Gracies Anna
ResponEliminaGracies per pasar pel meu blog
ResponEliminapetons