En las brasas de una hoguera
queme tus recuerdos .
No eran cartas ni promesas,
sino silencios y besos.
Te empecé a olvidar ,
y di tu estima al viento .
Y repetí mil veces ,
ya no te quiero.
Pero hoy, te he visto de nuevo .
Y el pulso se me ha parado ,
y el corazón me dio un vuelco.
Y como madera seca ,
vuelvo a quemarme en tu fuego .
Ayer comencé a olvidarte ,
y hoy, te quiero de nuevo.