dijous, 25 de maig del 2000

A LOS NIÑOS DEL MUNDO RICOS Y POBRES


A LOS NIÑOS

Un niño es la esperanza,
un niño es la alegría.

A todos los infantes,
y también a los niños de la calle.

Al que por cualquier circunstancia,
tuvo que buscarse la vida
en la dura calle.

Al que no tiene un mañana,
al que no tiene un futuro.
Al que duerme en las aceras
y se tapa con cartones.

Al que nada espera
y no tiene ilusiones.

Al que es un adulto
con tan sólo ocho años,
y que lleva oculto
un montón de desengaños.

A aquel que va pidiendo
en las esquinas.
Y al que como un hombre trabaja
por una misera  propina.

A las niñas de cara sucias
con la vista ausente.

Al que camina por el mundo,
para ir a ningún sitio
Al que vende todo
y no saca nada.

Al que nunca tuvo
un lindo juguete.
Al que tuvo muchos,
y ninguno le gustaba.

Al que no tiene pan,
y al que lo tira.
Al que nunca, nunca,
recibió un beso.

Al que regalaron
de recién nacido.
Al que despreciaron
por ser desnutrido.

A las niñas aquellas
que se hicieron adultas,
y nunca jugaron con  muñecas.
Al niño que llora
en algún lugar
y que solo a Dios implora.

Esa sociedad a la
que no le importa,
que no acoge a
este niño o niña.
Ellos seguirán y no los miran,
pero los ves mientras tu caminas.

Es la gente,
que los ven de lejos.
A los niños de la calle,
quisiera saberlo,
¿dónde están sus padres?.

A ellos que no sienten los abrazos,
y nunca han pronunciado mamá.
Me quedé mirando,
me puse a pensar:
¡ que injusta es la vida !.

Si vas por las calles
de una gran ciudad,
no les ignores, dales tu ayuda.