LA VOZ

No es su bordón redondo y manso,

no es la mano que roza

o se aprisiona a las cuerdas

buscando los sonidos

sino la voz humana cuando canta

y propaga los ensueños del hombre.

Es en este momento

en este momento,

sentado a solas, esperanzado y pensativo,

me parece que, en otras tierras,

hay otros hombres también anhelantes y pensativos.

Me parece que puedo mirar más lejos aún y divisarlos

y lejos, más hablando otros dialectos,

y pienso que si me fuera posible conocer a estos hombres

con ellos me uniría, tal como lo hago con los hombres de mi propia tierra.

¡Oh! Yo comprendo que nos convertiríamos en hermanos y amantes,

yo sé que llegaría a ser feliz con ellos.